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Un dìa de furia


Hay dìas en los que simplemente estàs de malas, en los que el universo se pone en total desacuerdo contigo y nada està en armonìa, simplemente todo esta mal y tu traes un humor de los mil demonios.

Lloras, gritas, sangras, golpeas y aùn asì nada absolutamente nada se corrije y sabes que no hay nada que te pueda hacer sentir bien excepto un abrazo, una caricia, un beso de la persona que amas.. pero que haces si la ùnica persona que te puede ayudar tambièn te rechaza, porque no te aguanta?

Y no hay nada.. absolutamente nada... te quedas tu, con las manos tapando tu rostro, en un rincòn solitario, donde la soledad es tan abrumadora que hasta se escucha el silencio, y ahì tienes que esperar.. callado, sin poder decir a nadie lo que realmente necesitas, porque no tiene caso, porque no tiene sentido, porque se supone que tu eres el que esta mal, porque tu lògica es ilògica para los demàs, tu còlera crece y tu tristeza desgarra tu alma... y pasas de un dìa de furia a una eterna soledad.

No... hay quienes no tenemos derecho ni siquiera de ser distintos...

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Desvelo...

Muchas noches permanecì despierto, pegado al telèfono, esperando que en cualquier momento llegarìa tu llamada para decirme que tenìas miedo, que te sentìas sola, y con esa llamada buscaras mi abrigo, mi protecciòn, mi compañìa, muchas veces te la di, platicabamos durante horas hasta entrada la madrugada, otras tantas veces hasta ver el amanecer, y las horas pasaban desapercibidas, apenas me llegaba el cansancio, siempre habìa algo de que platicar, que recordar, siempre risas y encuentros, pasaban los minutos volando, y al otro dìa empezar la jornada apenas sintiendo el desvelo, habìa energìa suficiente con pocas horas o mìnimos minutos de sueño y quizà sin dormir, para estar activo durante el dìa, siempre sonriendo, siempre contento... Mis ojos se enmaracaban con ojeras, es cierto, pero eran hermosas ojeras pues alguien me robaba el sueño, y eso me hacìa inmensamente feliz, estoy acostumbrado a

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